jueves, 27 de marzo de 2008

Un mundo en silencio es un mundo homicida...




Llevo varios días dándole vueltas al mismo tema, y es difícil sacármelo de la cabeza. El alza de precios nos afecta a todos, y cuando lo escuchamos pensamos en nosotros, en los que vamos a comprar al mercado, al carrefour, al mercadona, al alcampo o donde sea. Pensamos en que ahora la misma compra nos sale más cara, pero cuando nos referimos a “todos” no pensamos que en “todos” también están metidas miles de personas que subsisten gracias a las ayudas de diversas organizaciones.

Hace poco, no se qué día, ni hace exactamente cuándo, alertaron que con la subida de precios de los alimentos, la ONU no iba a poder hacerse cargo de todas las personas que ahora mismo abastece. Y lo escuchas así, y con todas las barbaridades que oímos al día, no profundizas, pero si lo piensas dos veces, eso significa que cientos, miles de personas agonizarán hasta morir de hambre sin ningún tipo de ayuda y sin poder hacer nada para remediarlo. La ONU pide más dinero, un mayor presupuesto, porque hablamos de personas, de niños, de seres humanos que por suerte, por casualidad, por destino o por como lo quieran llamar, han nacido en lugares donde se les ha condenado a morir sin darles el beneficio de la duda.

No quiero entrar en reflexión sobre qué medidas tomar, pero no puedo entenderlo. Yo, sin ir más lejos, me pongo a dieta para volver a entrar en mi ropa, y no muy lejos de aquí una madre acunará a su hijo intentando reprimir sus lágrimas sabiendo que en pocos días no habrá más dolor ni sufrimiento. No es justo. No es justo que nos estemos cargando el planeta, que nos gastemos millones y millones en coches veloces y último modelo para tardar 20 minutos menos en llegar a Valencia y haya quienes caminen kilómetros y kilómetros sólo y exclusivamente para beber un sorbo de agua potable. No es justo que apartemos la vista cuando lo vemos, no es justo el “ojos que no ven, corazón que no siente”, no son justos los paternalismos y el “pobrecitos” si no hacemos nada. No son “pobrecitos”, son personas, es una injusticia y no hay que sentir pena, hay que sentir rabia.


Con esto no digo que dejemos de gastar nuestro dinero en lo que queramos, para eso lo ganamos, pero que no nos olvidemos de los que no pueden, no tienen, o no les dejan...



Podrías haber sido tú, o tus hijos, o tus hermanos...

2 comentarios:

Maka dijo...

Bastante duro la verdad... pero cierto. Recuerdas la foto que gano el Pulischer? (no se como se escribe realmente jejeje) la de la niña con el buitre detras. Es impresionante verdad? El fotografo se terminó suicidando...

Anónimo dijo...

El pulitzer .
Es muy triste que mientras sucede esto en el mundo y las madres lloran a sus hijos muertos de inanición, aquí nuestros jóvenes están llorando porque su cantante favorito suspende un concierto. Puto mundo desarrollado.