martes, 11 de marzo de 2008

De Madrid al cielo...

Verano de 1998, Álvaro y yo en una Gimkana




Hoy hace cuatro años que os fuisteis, con prisa, sin despediros, sin saber por qué. Hace cuatro años y aún creo que en cualquier momento sonará el teléfono y sonará tu voz, para decirme que has vuelto de algún sitio donde has estado aislado tanto tiempo. Pero no... no hay vuelta a atrás, os fuisteis tantos... y os llevasteis una parte de nosotros. Madrid, España, el mundo perdió parte de su alma, y eso nunca lo vamos a olvidar. NO OS VAMOS A OLVIDAR.

Ya ves, hace cuatro años y aún creo que fue ayer cuando me abrazaste por última vez, o cuando me prometías que este año ibas a aprobar. Siento mucho haberte dicho todo aquello, sabes que no era verdad, que era una broma, que no estaba enfadada, que son cosas que se dicen por chinchar. Siento horrores no haber ido ese domingo, tenía demasiada prisa por volver a casa, y no fui a la tuya, no fui a verte. No me lo voy a perdonar nunca. No se cómo resumir 17 largos años de amistad, de risas, de llantos, de buenos momentos, de los días tristes, de sonrisas, abrazos, discusiones y lamentos. No se cómo hacerlo. Y se me quiebra la voz cuando lo intento, y me vuelvo esquiva si me preguntan, cuando en realidad me pasaría una vida entera hablando de ti. De tus inquietos ojos y tu sonrisa sincera, de tus locuras, tu alegría, tu especial forma de llamarme capulla, tus interminables desayunos, tu mala memoria selectiva, nuestras casas en los árboles y los días eternos escalando enormes montañas que con los años se hicieron pequeñas rocas fáciles de salvar. Todavía me pican los pies si pienso las veces que por seguirnos el uno al otro hemos saltado desde las rocas más altas, a ver quién aguantaba más, y al caer de golpe al suelo las plantas se resentían. Tengo cientos de cicatrices que me recuerdan nuestras andanzas, y un montón de cartas, dibujos y regalos que valen mucho más que todo el oro del mundo para mi. Cada vez que miro al Dako se me encoge el corazón, es tu mejor recuerdo, tu mayor regalo. Cuando duerme conmigo, cuando juego con él, cuando le acaricio... se que tengo una parte de ti. Ya no porque yo quisiera un perro y tú me lo regalaras, si no porque estuviste a mi lado cuando lo necesité, y para ti no era un regalo, no era un capricho, no era un perro, era una forma de decirme “haré todo lo que esté en mi mano para verte feliz”. Me acuerdo de tu magnetismo, que suscitaba envidias, pero era imposible no tenerte cariño. ¿Quién no te ha conocido? ¿Quién no ha sabido de ti? Hasta el último momento de tu vida hubo que andar buscándote, como siempre, buscando y buscando a Álvaro... Y tú siempre en el lugar más insospechado. El 11 de marzo, a media mañana todos buscábamos a todos. Cuando sonó Santa Eugenia todos los pensamientos fueron a tu nombre. “Alvarito”. Se encogió el corazón. Pero la esperanza y la costumbre jugaron malas pasadas, hablando con Rubén recuerdo haber coincidido (sí, sí, Rubén y yo coincidimos... todo un logro) en que estarías ayudando y te habrías olvidado de avisar, como siempre, de que estabas bien. Según pasaban las horas la ansiedad se hacía más grande. Se convirtió en una especie de obsesión, una bola que se iba haciendo enorme y echaba de mi cuerpo toda la esperanza, todo lo bueno, inundándolo de horror. Tu hermano y tu padre nos dijeron que se iban al ifema, que allí estaban dando información, pero algo nos decía que de allí nadie volvía con buenas noticias. Fueron las horas más largas de mi vida, pesaban, el tiempo pesaba, era cargante, asfixiaba y paralizaba el corazón. Sentada frente al ordenador poco podía hacer, apenas quedaban dos horas para el día 12, tu cumpleaños Álvaro, tus anhelados 18 años, tus metas, tus ganas de votar, tus ganas de crecer, de ser feliz... No podía ser, no podías irte un día antes, no podías, no era justo. ¿Cuántas miles de veces habíamos hablado de qué haríamos a los 18? De cómo seríamos, de qué nos gustaría, de que seguiríamos unidos... Apenas faltaban dos horas cuando llegó la noticia. Sonó el teléfono casi a la par que leí tu nombre entre las víctimas. Mi cabeza no podía asimilarlo, mi corazón se había roto en mil pedazos. “No”. Sólo podía negarlo, no era posible, no podía ser, Alvarito no, Alvarito no, están equivocados. Mi padre me puso la mano en el hombro, y sus palabras aún me suenan lejanas. No recuerdo más, no se qué ocurrió, no se qué dije, ni cómo reaccioné, ni si lloré, no recuerdo nada. Sólo recuerdo la negación. Recuerdo la nada, el pánico, el horror. Alvarito no... y una vida entera delante de mis ojos. No recuerdo cómo llegamos al ifema, ni a qué hora, y apenas tengo una vaga imagen de mi angustia al pensar que tenía que entrar al mismo sitio en el que ya no estabas. Seguí negándolo, no quería pasar, y me rendí al horror. Se que me atendió el samur, pero no se qué pasó, ni cómo. Subí unas escaleras “Laura, Laura”. Sólo pensaba en tu prima, en mi niña. La abracé, otro horrible batacazo para su vida. Tu padre, tu madre, tu hermano... La voz de tu hermano, tu voz, por un momento creí estar en una horrible pesadilla y al escucharla todo iba a cambiar, me iba a despertar y no habría pasado nada. Pero aquello era peor que una terrible pesadilla. Me siento realmente estúpida, pero apenas tengo más recuerdos, sólo imágenes perdidas y difusas de lo que pasó aquella noche. Pero nunca me voy a olvidar que te prometí que nunca jamás te iba a dejar solo, no habría día de mi vida que no me acordara de ti, que no luchara por ti, que no viviera por ti. Quizá si hubiera sido otra persona no habría reaccionado de la misma forma, pero al ser tú... nunca me habrías perdonado que me rindiera. Tú que te sentiste herido con el chapapote de Galicia, tú que castigaste conmigo la guerra de Irak, tú que me hiciste enterrar un murciélago y adoptar una lombriz herida por mascota, tú que me hacías caso hasta el punto de hacer yoga escuchando el zumbido del aire acondicionado, tú que lloraste conmigo la muerte de Miguel Ángel Blanco, tú que no entendías el racismo, tú que tenías por hobbie reír, tú que eras especial... Tú que dejaste de ser Álvaro para ser Alvarito... Tú que te dejaste la vida en un tren por las ideas de otros... simplemente TÚ. Y por ti no tiré la toalla, por ti no me pudo el miedo, por ti no acallaron mi voz, por ti no dejaré de luchar, por ti se cambió la historia, por ti lloró España de rabia, por ti veo casas en los árboles, por ti intento superar lo que se que habrías hecho, como cuando éramos pequeños... Por ti seguiré saltando de roca en roca, y por ti abrazo cada día a Laura, porque te arrancaron de Madrid, pero nada ni nadie podrá robarte nunca de mi vida.





En humo la ciudad se despierta

en la desolación y el desconsuelo,

de voces rotas y miradas yertas.

Marzo se llenó de miedo...


Sin más necesidad que seguir vivos

enterraremos hoy a nuestros muertos.

Tantos brazos se quedarán vacíos

y heridas tantas almas, tantos cuerpos...


Llenaremos las calles por ti,

prenderemos velas a nuestro paso.

Con las manos blancas y así,

de Madrid al cielo, que no os olvidamos.

De Madrid al cielo...


Nuestras armas: la voz y la palabra.

Nuestra meta: continuar unidos.

Y sembrar el camino de esperanza

luchando con la paz que hoy elegimos.


Dibujaremos interrogaciones,

llenaremos Atocha de claveles.

De nuevo habrá quien viaje en los vagones

y quien espere en los andenes...


Lloraremos de rabia por ti,

limpiarán las lágrimas el odio.

Hoy vestida de luto Madrid

y con ella el mundo, un poco más roto...

Llenaremos las calles por ti,

prenderemos velas a nuestro paso.

Con las manos blancas y así,

de Madrid al cielo, que no os olvidamos.

De Madrid al cielo, QUE NO OS OLVIDAMOS...

Elena Bugedo






5 comentarios:

Jorge Barraza dijo...

He estado un rato largo pensando si debía o no decir algo, si tenía o no derecho a meterme en algo tan personal, tan tuyo, tan de dentro... Y finalmente he decidido que desde ese silencio respetuoso a los que han robado su voz quiero darte y compartir contigo un abrazo sincero y profundo. Todo para ti, para él, y para todos ellos.

Anónimo dijo...

Siempre les has escrito tan bien hasta el punto que yo que no le conocía sintiera que se me iba alguien aquel dia. Y hoy, convencido, te digo que él estaría muy orgulloso de ver en lo que te has convertido estos 4 años, lo que has crecido y a la vez, que sigues siendo igual que siempre. Sigamos haciendo el camino y mirando atrás con una sonrisa.

goloviarte dijo...

con tus letras haces un poco de limpieza en el vertedero del que hablas
te invito a participar con tu blog en mi blog directorio,te conocerán un poco mas,pásate y deja tu blog en el libro de visitas y de paso si quieres mira algo de publi,eso valora mi trabajo
escojo los mejores blog,pero si consideras que esto es spam te pido perdón, gracias

Maka dijo...

No nos fuimos, mirad hacia arriba, somos la luz de una estrella.

Oliver dijo...

En primer lugar mis mas humildes respeto con estas pequeñas palabras.
Cuando te introduces en algo tan plural como es internet ves y aprecias muchas cosas entre esas acabas en un blog que habla de la verdad de la sinceriad de luchar por las cosas justas y buenas.
He seguido de cerca las elecciones y estos cuatro años de legislatura con una oposicion al gobierno que roza por no ser la ilegalidad que a mostrado el partido popular,pues al final ya ves de lo que les ha servido,tanto odio,tantas mentiras tanto dolor que han causado, la gente lo ha visto y a elegido,si ha elegido un gobierno sincero un presidente que dice lo que piensa y siente una persona que defiende la verdad,y a ellos que les jodan lo siento por estas palabras pero es la verdad por todo lo que hicieron durante cuarenta años en dictadura y lo que quieren hacer en democracia que se jodan que se jodan que se jodan que con las buenas y democratas personas no se juega.
Al leer esto que has escrito sobre Alvaro,un sudor frio ha recorrido todo mi cuerpo,siento un dolor que no se explicar con palabras pero solo siento rabia no es justo,no es justo y esto que se hicieron la
foto en Azores que paguen por todo lo que causaron por tanto dolor, que hoy y siempre seguiran estando presente.
Por favor si tienes la oportunidad lee El Corazon Helado,Almudena Grandes da nonbre al protagonista de la novela,Alvaro Carrion,el mismo nombre que Alvaro,seguro y pienso que la Autora eligio este nombre por las BUENAS PERSONAS.
"Lo terrible de la humanidad no es lo peor de las malas personas sino el silencio de las buenas personas"