lunes, 17 de marzo de 2008

¿Por qué no?

El Artículo 3 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos dice que todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona. No dice que vivir sea un deber, ni que haya que vivir a toda costa. Había leído algo sobre Chantal Sébire, pero hoy, viendo que le han denegado la eutanasia por última vez, he decidido informarme más.

Esta mujer de 52 años sufre un tumor evolutivo incurable en la cavidad nasal y los senos paranasales, un estesioneuroblastoma. Ha perdido la vista, el gusto y el olfato y sufre horribles dolores incesantes. Cuando desmejora nuestro aspecto por una enfermedad, nuestro ánimo decae, y esta mujer ha tenido que ver como a todo lo que tenía encima, a sus dolores y a la pérdida de tantas funciones, se le sumaba la desfiguración de su rostro.
En Francia está prohibida la eutanasia activa como tal, lo único que la ofrecían era inducirla al coma hasta que la propia enfermedad acabara con ella, pero Chantal Sébire quiere morir dignamente, teniendo control sobre su muerte, sin sufrir y sin alargar el calvario que están pasando ella y sus allegados. La justicia francesa ha denegado su petición, y ante la carta que ella misma escribió al presidente Sarkozy, él respondió enviando a su consejero de salud, para que revisara si se había hecho todo lo posible por su enfermedad.

Y ¿por qué no dejarla la libertad de decidir qué quiere hacer con su vida? Entramos en la ética de cada uno, muchos médicos hablan de su moral personal, pero muchos otros podrían ayudarla. Yo creo que es mucho más humano, una acción más decorosa, ayudar a una persona a no sufrir, que poner excusas o principios por encima de la vida de alguien. Puedo respetar a quien no quiera hacerlo, a quien no quiera contribuir físicamente en acabar con la vida de una persona, pero no puedo entender que se opongan a que otra persona lo haga. ¿Es mejor sufrir? ¿Nadie se ha molestado en ponerse en su mismo lugar? Sólo de imaginarlo se me eriza la piel, debe ser espantoso. Hay cientos de enfermos que sufren horribles dolores día tras día, esperando con ansia que uno de ellos sea el último. Si no hay cura, si no hay forma humana de pararlo o de paliarlo, ¿por qué seguir? Si cada segundo es un infierno, ¿por qué alargarlo? Levantarse cada día suplicando que sea el último no es una forma digna de vivir, y negarle a una persona la decisión de acabar con su vida de forma digna y sin dolor, no es respetar su libertad, porque se intercede en su libertad de decisión. Nadie mejor que ella puede decidir qué hacer con su vida, porque es ella la que sufrirá una u otra decisión, ¿por qué interferir? Por mucho que haya sido una decisión judicial, no es justa. ¿Es mejor irse a la cama pensando que has acabado con el calvario de un ser humano, o pensando que has salvado una vida pero vivirá cada día agonizando? Hay situaciones límite que no deberíamos tolerar. Si el día de mañana a cualquiera de nosotros nos ocurriera algo así, si por casualidades de la vida, por el destino o por lo que crea cada uno, en un futuro sufrimos hasta el punto de no querer vivir, ¿por qué nos iban a negar el acabar con el dolor de la forma que nosotros decidiéramos? No lo puedo entender... Bastantes batacazos pega la vida, bastantes veces tenemos que levantarnos, como para que cuando no hay ninguna opción más, tengamos que esperar sufriendo a que la única solución llegue de forma milagrosa.

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