viernes, 4 de abril de 2008

No me importó el qué dirán, me importan los de verdad...

Hace un par de días que le propuse a alguien que quiero mucho que se afiliara conmigo (porque, aunque parezca que me he olvidado porque mi vida es un caos sin tiempo material, tengo la intención de afiliarme de inmediato de una vez), porque se que sería un buen fichaje (casi casi como el de Pizarro, jejeje, bueno, no seré mala), porque vale, es trabajador y porque se que cree en ello. No me sorprendió mucho su respuesta de “Yo me afiliaría, pero no me arriesgo al qué dirán”. En ese momento me pueden pasar dos cosas por la cabeza. O bien que le falta por madurar mucho y sentirme indignada por anteponer a gente que no conoces a tus propios ideales. O bien replantearme si tanto nos importa lo que dicen de nosotros por mucho que finjamos que no es así.Este caso es más complicado de lo que parece porque hay otros temas de por medio que no se deberían mezclar nunca con política, y aunque estoy convencida de que más adelante firmará igual que yo, quizá si que sea cierto que ahora no es el momento. Pero, ¿de verdad nos afecta tanto el qué dirán? Ya no sólo por nuestras ideas, si no por nosotros mismos... ¿Quién no se ha sentido intimidado alguna vez por una mirada de desprecio? Supongo que esto cambia según va evolucionando uno mismo, pero llevo todo este tiempo pensando si alguna vez he hecho o dejado de hacer algo por la opinión del de al lado y creo, que aunque hayan sido nimiedades, a lo largo de mi vida (yo que he presumido de ser siempre yo y dar ejemplo a todo el mundo de indiferencia hacia el resto) me he dejado intimidar. Y ahora, se va a acabar...

5 comentarios:

dreamer dijo...

??? En politica lo que justamente interesa es el QUÉ DIRAN, y la respuesta que se le de a ello.
Se trata de hablar, de debatir, de exponer los ideales. No confundir DECIR con CENSURAR

Anónimo dijo...

Es precisamente el qué dira´n los que nos lleva a muchos a meternos en la político y circunstancialmente, ejercerla temporalmente de manera profesional. Es el que dirán lo que me lleva a dejerme el alma en cambiar determinadas percepciones. Es el pesimismo que invade la opinión sobre políticos y partidos, la que me hace demostrar desde dentro que están equivocados. Y a pesar de ser una tarea ingente, sabes qué? que se logra poco a poco y que la gente cuando entiende que la política es trabajar por ellos, por nosotros, lo agradece. Un beso

Anónimo dijo...

Perdón por las faltas ortográficas del mensaje anterior

Jorge Barraza dijo...

Es curioso. Yo me afilié al Partido Socialista casi después de cumplir la mayoría de edad. Lo hice por Internet, y a día de hoy no conozco a ningún otro afiliado porque jamás he participado en la vida activa de partido; lo he hecho todo por mi cuenta. Supongo que me hace falta alguien que me de el empujón o que me arrime a ese mundo. Tampoco le he puesto intención, es verdad...

Lo que quería decir es que aquella afiliación tuvo un valor exclusivamente personal. Necesitaba hacerlo, porque creía en ello y porque para mí significaba muchas cosas, romper con cierto pasado angustioso y abrir el camino a una etapa en la que aquello en lo que creo y mis luchas personales adquiriesen una nueva dimensión. No se lo dije a nadie: ni a mis padres, ni a mis amigos o conocidos... Tiempo después lo fui contando, y hubo reacciones de todo tipo. Eso sí, quienes me quieren siguen estando ahí, y respetando mi posición. A día de hoy tengo claro que mi implicación por mis ideas es clara, y el camino no es la ocultación; por ello siempre que puedo doy un paso más allá.

Lo primero que se ve al abrir mi cartera es esa frase de Pablo Iglesias que representa la fuerza de llevar el carné: "Sois socialistas no para amar en silencio vuestras ideas, ni para recrearos con su grandeza y con el espíritu de justicia que las anima, sino para llevarlas a todas partes".

Esas palabras explican todo este asunto. Yo ya he tenido que aguantar algunas burradas sin ser nada dentro de ningún partido, solo un ciudadano anónimo que habla y dice lo que piensa. Pero... cada día que pasa me siento con más fuerza para decirlo donde sea y como sea. Porque nada puede pisotear la dignidad de una persona, ni sus ideas, ni sus proyectos, ni sus pasiones... ¿es éso menos importante que un insulto barato? No lo creo.

Además... ¡no estamos solos! Cuando llegue ese día de la afiliación avisa, que voy contigo a presentarme :P Jajaja.

ivanka dijo...

Dreamer, por supuesto que en política todo importa, hablaba también a nivel general, en nuestro día a día. Me encantan tus visitas :)

Iván, yo no podría haberlo definido mejor, y lo de las faltas... ¿Qué faltas? ;)

Jorge te tomo la palabra y el día que me afilie te vienes a presentarte jejeje.

La verdad es que si aún no me he afiliado es porque desde pequeña decidí que lo haría el día que tuviera tiempo para dedicarle de verdad. El 102% de la gente que ha sabido de mi, me ha conocido o simplemente ha escuchado mi nombre ha sabido qué ideas defendía yo, que aunque soy simpatizante sin afiliar, siempre he procurado estar al pie del cañón para todo (aunque si que he de reconocer que un poco a mi bola y a mi manera). Este año decidí que, una vez acabada la carrera, centrada en otra que tampoco me corre prisa y con un trabajo que más o menos me permite movilidad, si que era la hora de tomarmelo en serio. Ahora sólo tengo que enterarme de qué hacer (aunque creo que le tocará sufrirme a Maka en cuanto se recupere) para afiliarme a las juventudes y poder rescatar las de San Fernando de su estado catatónico :)