miércoles, 19 de noviembre de 2008

Malditas muelas...

No entiendo por qué las llaman las muelas del juicio si son las del dolor. Llevo tres días retorciéndome de dolor por la última que me queda, que es la que ha decidido tocar los huevos, porque el resto salieron genial y colocaditas. Así que aquí estoy, contando los minutos para que llegue la hora de irme al dentista y o bien que me la quiten o que hagan lo que quieran pero que me deje de doler, que ya ni puedo dormir ni hablar ni casi tragar. Sí, básicamente estoy cabreada, con la muela, pero cabreada, y al final lo paga el resto del mundo y quien menos debería...


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