jueves, 21 de agosto de 2008

"Es lo que hay que hacer"

Después de un largo rato mirando la hoja en blanco de la pantalla del ordenador lo único que saco como conclusión es que no entiendo nada.
Sí, me refiero al accidente aéreo de ayer y a mi perplejidad ante el modo que se está llevando desde algunos medios “informativos”.
Es cierto que al ser tan alto el número de fallecidos, al tratarse de un accidente tan poco común y al ser tan poco accesible la información instantánea todos nos conmocionamos, a todos nos afecta el shock de ver un artefacto tan grande con tantas personas dentro en llamas, pero de ahí a la morbosidad pura y dura hay una línea que nunca debería cruzarse.
Cuando sucede algo así, cuando un accidente de tal envergadura tiene lugar cerca nuestra, todos queremos estar informados, claro que sí, queremos saber qué ha pasado, es la propia curiosidad del ser humano, el querer saber, porque los perjudicados, las víctimas y los allegados son semejantes nuestros y nos solidarizamos con su dolor. Pero, arriesgándome a que me llamen egoísta o cruel, ha sido un accidente. Un accidente multitudinario pero accidente al fin y al cabo. Estamos consternados, claro, yo fui la primera a la que se le saltaban las lágrimas y se le revolvía el estómago cuando llamaron a mi madre para avisarla. Pero a lo largo del año muere mucha más gente en accidentes de tráfico, en coches, en motos, atropellados, y no por ellos se movilizan los políticos ni altas instituciones. “Es lo que hay que hacer”. A veces me canso de esa frase. ¿Qué diferencia habría si me hubiera matado en un coche este puente de agosto o ayer en el avión de Barajas? Que de la segunda opción se habría enterado todo el mundo y en la primera sería un número más. Que los familiares de las víctimas del avión serán señalados con el dedo por una sociedad morbosa y cruel, se les pedirán detalles, se les preguntará por su dolor eternamente y cada año todos nos encargaremos de recordarles su tragedia y no de recordar a los suyos.
No contentos con esperar a las puertas del IFEMA, de Barajas y hospitales, no contentos con buscar detalles recónditos y escabrosos sobre el dolor ajeno, recrean historias y fundan rumores y preguntas para que quien permaneciera horas en la duda se hundan más en la incertidumbre y la angustia. No contentos con el dolor de hoy buscan el miedo en la memoria de todos, odiosas comparaciones con el 11M, odiosos recuerdos de anteriores accidentes y lágrimas en los ojos de quienes perdieron a los suyos en accidentes menos masivos, menos morbosos o, mejor dicho, con menor tirada de periódicos.
Un enorme abrazo a los que hoy lloran por los suyos, a los que piden a sus dioses o a la nada por la recuperación de otros, a quienes les queda una larga lucha contra su dolor propio y producido. E infinitas gracias a quienes día a día están al pie del cañón, sin importarles nada más que el bien ajeno, a quienes salieron corriendo para ayudar a desconocidos con una simple llamada… Y a algunos periodistas o pseudoperiodistas, por favor, hagan el favor de ponerse en el lugar de quienes tienen enfrente.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Eso no es todo Ivanka faltan ahora los iluminados de siempre quienes intentarán sacar rédito político y culpar de este acciedente al gobierno en pleno si no al tiempo.
La reflexión de los muertos en carretera los fines de semana tambien me la hicce nada mas ocurrir el siniestro pues esto , aunque nos duela es parte de una estadística propia de nuestra sociedad en la que han concurrido varias variables juntas nada mas.
Tambien me solidarizo como no con las victimas y sus familiares y todos los que de una forma u otra están sufriendo las trágicas consecuencias de tan triste suceso.
comparto totalmente tu punto de vista de este accidente.
Un abrazo Narciso

Anónimo dijo...

Una lastima...