lunes, 19 de mayo de 2008

Más allá de tu nariz...

Estos días he tenido que preparar un trabajo sobre las barreras en las ciudades. ¿Qué es eso? Bien... pongámonos en situación. Si nos cuesta enormemente movernos por una ciudad con un carrito de bebé (subir y bajar bordillos, escaleras, hacer la compra, el problema en el transporte público, las calles en obras, los adoquines levantados...), pues ahora nos imaginamos lo difícil (por no decir imposible) que sería movernos en una silla de ruedas (y sí, sorprendentemente hay personas que con sobreesfuerzo y voluntad de hierro lo consiguen). Yo pienso en mi barrio (sin ir más lejos). No es una gran ciudad, no es nada del otro mundo, es tranquilo, apacible, sencillo... Pero no tiene un mísero cajero al que pueda acceder una persona en silla de ruedas. Y tiene bordillos insalvables en algunas de sus calles. Mi portal, por ejemplo, está completamente adaptado por dentro, el ascensor, la rampa interior... todo; pero a la entrada hay un diminutos, imperceptible escalón que supone un gran impedimento para quien no puede levantarse y andar. El fantástico arquitecto que diseñó la biblioteca de San Fernando no debía tener muchas luces y no pensó en colocar ninguna rampa (¿para qué? Eso no queda bonito...), y si no es por Javi más de uno se sentiría de todo menos autosuficiente. ¿Y en los demás barrios? ¿Y en Madrid, gran capital? En todas partes es igual. No se trata de paternalismos y de ser los más comprensivos y ayudar siempre a quien veamos que no puede hacer algo (que está muy bien); se trata de que lo hagan ellos mismos. No me gusta tener que ayudar a una persona a salvar un bordillo porque por el mero hecho de no poder andar se lo hayan negado... La discapacidad no se la crean sus carencias, la discapacidad se la imponemos nosotros. Estoy tan sumamente indignada y dolida que no se si todo esto tiene mucha coherencia, así que os dejo un par de vídeos...




A ver si de una vez pensamos en TODOS

3 comentarios:

Sinblancaporelmundo dijo...

Encantado de conocerla, Doña Ivanka. Vengo de otra bitácora donde usted me responde tan amablemente, haciéndose eco de la muerte de España y el nacimiento de eXpaña.

Pues el caso es, Doña Ivanka, que usted ha asistido al funeral y ni siquiera se ha enterado. A lo mejor es que usted estaba dentro del ataúd y tampoco se enteró. Claro, el muerto como el cornudo, siempre es el último.

ivanka dijo...

Ah mira, qué considerado... Yo escribo sobre un tema tan sumamente importante como son las barreras arquitectónicas para algunas PERSONAS y tú me contestas con algo tan relacionado como es la supuesta muerte de España por culpa (claro está) de Zapatero y los rojos. Esto es toda una muestra de educación y respeto...

Sinblancaporelmundo dijo...

Tiene usted razón, pero es que le contestaba sobre su respuesta en otra bitácora.