Llevo un montón sin escribir, sí, pero es que estoy bastante desconectada de todo en general... (mis excusas de siempre). Y ahora que vuelvo a mi habitual rutina, a la de antes, pues supongo que pasaré más por aquí a despotricar o desahogarme de lo que ni entiendo yo ni entiende nadie.
A veces nos afecta demasiado todo lo que tenemos alrededor, un pequeño soplo de viento puede cambiar el rumbo de todo sin darnos apenas cuenta y nuestras sonrisas dependen de las que podemos observar a nuestro alrededor. ¿Y cuándo falta una? Cuando falta una la nuestra está incompleta... la sonrisa diaria se compone de la felicidad de los demás.
Seguiré con mi café, delante del ordenador, leyendo sin entender y entendiendo sin leer nada.
...y sin que nadie me entienda, claro, salvo el que quiera hacerlo.
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