Me voy a la playa. Mismo mar, mismo agua, misma sal. Mismo sol, misma luna... distinta forma de sentir. Y con mucho que decir y pocas palabras para hacerlo... ¿quién decidió que los sentimientos tienen que explicarse? ¿Quién decidió que las palabras se hagan un nudo cuando tienen que salir y se tropiecen antes de hacerlo? ¿Quién decidió que una mirada no podía ser sincera sin tener que despegar los labios?
Hace un mes sobraban las palabras y llegaban los hechos. Quién me iba a decir a mi que llegaría el momento de que fuera al revés...
Hace un mes sobraban las palabras y llegaban los hechos. Quién me iba a decir a mi que llegaría el momento de que fuera al revés...
... que siempre llego a la deshora que me marca el corazón y que cuando estamos a solas molesta el caparazón ...
1 comentario:
mientras dejes escuchar tus gritos no me importaria quedarme sordo :-) me alegro de que no cierres la puerta del blog
Publicar un comentario