sábado, 27 de diciembre de 2008

Queridos Reyes Magos de Oriente

Os escribo tarde, lo sé, pero esta carta no es para los regalos de enero de 2009, no, esta carta si tiene suerte llegará para los próximos... o los siguientes.
Creo que, por fin, después de veintitrés años he visto la franja que separa la realidad de la ficción, la franja donde vuestra magia pierde fuerza y la ilusión se convierte en supervivencia. Hoy por fin entiendo por qué a muchas casas no llegan los regalos, y por qué tantas cartas se pierden por el camino. Ya sé por qué tardáis un año entero en llegar desde Oriente a pesar de vuestra magia y por qué los camellos llegan tan sedientos que a los más pequeños les pedís que os dejen agua para ellos. Porque hoy he visto que al cruzar esa franja perdéis la luz de la estrella que os guía y la confundís con un millón de luces que sólo dejan tras su paso dolor y destrucción.

No es esta carta la que debería escribirse, pero quizá algún día sea la magia quien una realidad y ficción y no una débil y triste franja que atrapa como las redes y se consume sin esperanza.

Suerte este año, suerte los siguientes...

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